lunes, 30 de abril de 2012

Fragilidad


¿Quién dijo que la vida es frágil?
Más bien la fragilidad, como las trepadoras,
Se enraiza en el tronco de la muerte,
Vive de ella
Se alimenta de su sábila
Hasta el punto de dejarla inmóvil,
Estática
Condenada a contemplar la vida.
Lo humano, que se cree un simple expectador de esta escena,
Se convierte, sin darse cuenta, en un campo de batalla
En donde la vida se reproduce a sí misma,
En donde la muerte lucha por mantenerse muerte
Abrazada hasta la asfixia.
Sin más, la vida reclama para sí lo humano
Mientras que lo humano
Secretamente anhela algo más
Quizá por ello y a hurtadillas, como un roedor,
De a poco, troza las guías de la fragilidad
Aunque se contamine por su esencia.
Pobre humano, infectado hasta la médula
Por la fragilidad, se entiende al fin
Como lo que es:
Un arrebato de vida
Un anhelo de muerte.
Pero…no fueron la vida, la muerte
O la fragilidad quienes lo hicieron ser
Lo que es.
El amor, tal vez…de ser así
No habrá descanzo
Hasta fundirse con él en un abrazo
Y más allá de la vida, la muerte y la fragilidad
Se convertirá en el rabillo de esperanza
Que se cuela en todo suspiro.
Y…mientras la vida reclama lo humano,
Lo humano no se conforma con la vida
Quiere acaso tocar lo divino
Quiere acaso saber que lo humano
Nunca muere.
Y…mientras lo humano reclama para sí la muerte,
Ve en la fragilidad la posibilidad de reencontrarse
Con quien despertó lo humano en él.
M. Salles.

Mi original se encuentra en: http://vitascire.org/archives/51
Derechos reservados.

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